La ministra Vélez explicó los seis componentes de la tarifa de la energía que inciden en su costo: la generación (costo de la compra de energía) con un 36,3%, la distribución con el 32,7%. Seguidas de la comercialización con 13%, pérdidas con el 8,2% y, finalmente, el costo de la transmisión con el 6% y las restricciones con el 3,6%.
Para el caso de la Costa Caribe, señaló que existe un elemento adicional que afecta la tarifa en mayor proporción que en el resto del país que corresponde a las pérdidas, las cuales representan el 28% del costo de prestación del servicio, cambiando la proporción de los elementos de la cadena que más impactan las tarifas en esa región.
“Si bien estas variables cambian mes a mes, tanto por cambios en los precios de compra de la energía (en contratos y en la bolsa de energía), cambios en el cálculo de algunos componentes, las situaciones operativas del sistema que llevan a costos que se trasladan a la tarifa, y también la forma en que se actualizan los precios, en los últimos cinco semestres se ha incrementado la tarifa un 43%, es decir el costo de prestación del servicio en julio de 2022 fue en promedio país de 814,08 COP/kWh”, señaló Vélez.
Adicionalmente se reportó que, como parte de los avances, se están desarrollando diversas mesas de trabajo para oír a los actores. “Nos reunimos con las empresas Air-e y Afinia para abordar la problemática puntual del Caribe, escuchamos a los alcaldes y trabajamos con los generadores revisando las renegociaciones de los contratos”, dijo.
“En 2020 incrementó el valor de la energía con respecto al 2019 en 7,8%, luego, para el año 2021 el incremento fue de 13,9% y, gravemente, en lo que va del año, el incremento ha sido ya del 14,6%. Si seguimos así se podría llegar a los 1.000 pesos por kilovatio/hora, teniendo el doble del incremento porcentual del año anterior. Esta situación es insostenible y hay que pararla ya”, concluyó Vélez.